Será porque es un día lluvioso y gris en Coruña, pero hoy me apetecía un montón preparar y darle un buen mordisco a una deliciosa pastafrola. Tal vez sea cosa mía, pero mis recuerdos relacionan este pastel con el invierno y las meriendas con mate, ja! Así que... espero que os guste...
Ingredientes
500 g de harina
500 g de dulce de batata (en grandes superficies lo venden)
300 g mantequilla
200 g de azúcar
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 huevo
3 yemas
1/2 sobre de levadura royal
Mezclamos la mantequilla fría con el azúcar. Una vez que esté bien unida, agregamos las yemas una a una. Tamizamos la harina con el polvo de hornear y lo vamos agregando de a poco a la preparación anterior, procurando amasar lo menos posible. Cuando no quede harina por incorporar, añadimos el huevo entero y la esencia de vainilla y terminamos de amasar. Ponemos la masa tapada a reposar en la nevera durante 30 minutos.
Pasado ese tiempo, precalentamos el horno a 180º. Enmantecamos y enharinamos una tartera de fondo desmontable de unos 20-22 cm de diámetro.
Estiramos la masa intentando agregar la menor cantidad de harina posible. Forramos la tartera, incluidos los laterales. Reservamos algo de masa para las tiras decorativas.
Aplastastamos el dulce de batata con un poco de ayuda de agua hirviendo. Ponemos este puré dentro del molde y estiramos lo más parejo posible. Con tiras de masa, decoramos la parte superior y cocinamos hasta que la masa se torne dorada. Unos 40-45 minutos.
Dejamos enfriar completamente antes de desmoldar.
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