Estos bombones son mi golosina favorita, pero aquí no se consiguen con mucha facilidad...ja! así que la última vez que un visitante argentino me trajo uno, no dude en hacerlos en casa y así poder comerlos cuando quisiera. He de decir que no fui la única en disfrutar de estos bocaditos, mis hijos se volvieron locos!!! Desde luego tengo muy claro que los repetiré para navidad.
Ingredientes
para 25 bombones aproximadamente
250 g de chocolate con leche
140 g de chocolate blanco
150 g de cacahuete sin sal
3 cucharadas de aceite de girasol.
Primero vamos a preparar una crema de cacahuete (Os aconsejo comprarlos con cáscara y pelarlos en casa; ojo si con las cremas de cacahuete hechas que venden el los supermercados, porque contienen sal). Ponemos en la batidora (licuadora en Argentina) los cacahuetes pelados y el aceite. Trituramos hasta obtener una pasta cremosa. Reservamos.
Derretimos a baño maría o en el microondas, 125 g de chocolate con leche. Una vez fundido, le agregamos 2 cucharadas y 1/2 de la crema de cacahuete y mezclamos muy bien, debe quedar todo muy homogéneo. Forramos una bandeja de 20x25 con papel film (si no tenéis bandeja se puede usar una tapa de tupper) y vertemos el chocolate estirándolo bien. Para que quede parejo se dan unos toques con la bandeja sobre la encimera. Lo llevamos a la nevera unos 10 minutos.
Derretimos el chocolate blanco a baño maría o en microondas y una vez fundido agregamos 4 cucharadas de pasta de cacahuete. Mezclamos muy bien, no debe quedar con aspecto marmolado.
Sacamos la bandeja de la nevera y vertemos el chocolate blanco sobre la primera capa, que debe estar sólida, y estiramos bien hasta los bordes. Metemos nuevamente en la nevera durante 15 minutos.
Preparamos la última capa de la misma forma que la primera (125 chocolate con leche + 2 cucharadas y 1/2 de pasta de cacahuete).
Quitamos la bandeja de la nevera y comprobamos que la capa blanca este sólida. Vertemos la última capa de chocolate, estiramos y metemos en la nevera durante 1 hora.
Pasado ese tiempo, retiramos la bandeja de la nevera, desmoldamos con cuidado y cortamos en cuadraditos con un cuchillo bien afilado. Por último despegamos los bocaditos del papel film y ya están listos para comer.
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